No obstante, la más importante de una red social es
que, independientemente del número de miembros, cumpla con el objetivo
que se propone. Por ejemplo, un centro podría aprovechar este tipo de
herramientas para diseñar una red social de coordinación pedagógical.
Incluso varios centros o profesores pueden acordar poner en marcha una
red intercentros centrada en un tema, materia o nivel.
Poner en marcha una red social educativa no supone
que automáticamente se vaya a convertir en un entorno activo y
participativo. Varios factores determinarán el buen funcionamiento y
éxito de la misma. Entre ellos, algunos como:
- El tipo de usuarios al que va destinada: alumnos, padres, profesores, técnicos educativos, administradores...
- El ámbito geográfico o social de referencia: es una red de un centro, barrio, localidad, país, abierta a toda la red...
- El tema principal y objetivos de la red: integración de las TIC en
los centros, didáctica de una determinada materia, tutoría con alumnos o
padres...
- El interés de los miembros por utilizar las nuevas herramientas como vehículo de comunicación e intercambio de información.
Las redes sociales educativas deben, por tanto,
planificarse y diseñarse de tal forma que faciliten el intercambio de
ideas entre sus miembros.
(Contenidos procedentes del curso:
COORDINACIÓN TIC PARA SECUNDARIA)